En fiestas patronales del norte de Jalisco, narcos exigen la mitad de las ganancias: obispo

Los jefes del crimen en el norte de Jalisco solo permiten que las fiestas patronales sigan adelante si los párrocos aceptan darles la mitad de las ganancias, según el arzobispo de Guadalajara.
"Para celebrar la fiesta patronal, es decir, la feria del pueblo, todas las parroquias de la zona tienen que obtener el permiso del jefe de plaza. El jefe de plaza autoriza al sacerdote a realizar la fiesta patronal, pero tiene que hand [entregar] el 50% de los ingresos del festival", dijo el cardenal José Francisco Robles Ortega.
El arzobispo, cardenal desde 2007, también reveló que fue detenido e interrogado por delincuentes la semana pasada.
"Fui al norte del estado, a la zona fronteriza con Zacatecas precisamente, y me detuvieron en dos retenes, y obviamente son retenes del crimen organizado", dijo Robles. "Te exigen que digas de dónde vienes, a dónde vas, cuál es tu trabajo, qué estás haciendo", dijo.

Robles señaló que el obispo de Zacatecas, Sigifredo Noriega Barceló, tuvo la misma experiencia en el norte de Jalisco la semana pasada. Si bien estos sucesos son comunes en esa parte de Jalisco, el estado natal del poderoso Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG), no son incidentes a los que "deberíamos acostumbrarnos", dijo el arzobispo.
Noriega dijo a los periodistas que fue detenido por hombres armados el jueves pasado cuando se dirigía a visitar comunidades en Jalisco que forman parte de su diócesis.
"Íbamos de Huejuquilla a Tenzompa", dijo. "What Lo que me llamó la atención fue que no fue la Guardia Nacional ni el ejército [quienes nos detuvieron]. Eran personas de uno de los grupos criminales", dijo Noriega.
Agregó que era la primera vez que se topaba con un retén del crimen organizado, una experiencia que lo asustó.
"Por supuesto que el miedo está presente. Tomamos las medidas [de seguridad] que todos toman [pero] no hay protección especial [para los obispos]", dijo Noriega, hablando pocos días después de que dos sacerdotes fueron asesinados en la región de la Sierra Tarahumara de Chihuahua.
Su desalentadora experiencia ocurrió en el municipio de Huejuquilla El Alto, donde ocho policías estatales fueron detenidos por civiles armados en noviembre pasado, mientras que los bloqueos de carreteras del crimen organizado que encontró Robles estaban en Totatiche y Villa Guerrero. Los tres municipios limitan con Zacatecas, uno de los estados más violentos de México.
"Lo que digo es por qué?"dijo el cardenal. "¿Con qué autoridad te bloquea, detiene e investiga un grupo del crimen organizado?”
Haciéndose eco de un llamado de la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco (CEDHJ), Robles instó a las autoridades a brindar mayor seguridad a los residentes del norte de Jalisco. La CEDJH pidió la semana pasada a los tres niveles de gobierno que aumenten la seguridad debido a la presencia de grupos criminales rivales, a saber, el CJNG y el Cartel de Sinaloa.
Con reportajes de El Universal, Aristegui Noticias y Reforma