La sección 5 del Tren Maya, considerada 'ambientalmente factible', gana la aprobación

La Secretaría de Medio Ambiente de la Federación (Semarnat) aprobó la declaración de impacto ambiental (EIA) para el tramo sur del tramo Quintana Roo del Ferrocarril Tren Maya, determinando que el proyecto es "ambientalmente factible.”
La aprobación condicional del EIS de más de 6,000 páginas para el controvertido tramo Playa del Carmen-Tulum (Tramo 5 Sur) se otorgó en solo 36 días después de ser presentado a la Semarnat por el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) a mediados de mayo.
El mes pasado, un juez federal emitió una orden de suspensión definitiva contra la construcción del tramo de 67,6 kilómetros, parte del tramo más largo Cancún-Tulum, debido a la ausencia de un EIS autorizado, pero ese fallo ahora parece estar listo para ser anulado. Fonatur, que gestiona el proyecto del Tren Maya, de 1.500 kilómetros y 10.000 millones de dólares, ya solicitó la revocación de la orden de suspensión definitiva, pero la reanudación de los trabajos en el Tramo 5 Sur, estancado desde mediados de mayo, aún podría retrasarse con cuatro órdenes de suspensión provisionales.
Existe una considerable oposición a la sección Playa del Carmen-Tulum porque atravesará la jungla y sobre ríos subterráneos y cenotes (sumideros naturales). La decisión de suspensión definitiva siguió a la concesión de una orden de suspensión provisional debido al "riesgo inminente" de "daños irreversibles" a la selva maya, cuevas, ríos subterráneos y cenotes, y la ausencia de estudios y permisos ambientales.

Si bien la aprobación de la EIS por parte de la Semarnat es condicional, las condiciones o restricciones impuestas a la construcción del Tramo 5 Sur, que será construido por una subsidiaria del conglomerado Grupo México, no se han hecho públicas.
El EIS reconoció que 485 hectáreas de selva y tierras cubiertas por vegetación secundaria se verán afectadas y describió el impacto como "crítico". También preveía impactos "adversos severos" para el hábitat, la calidad escénica del paisaje y los sitios y monumentos naturales. Sin embargo, los impactos negativos identificados son "remediables", dijo el EIS.
En un documento presentado a la Semarnat a principios de este mes, Greenpeace y el Centro para la Diversidad Biológica afirmaron que el EIS no era válido porque se publicó después de que comenzaran los trabajos en el Tramo 5 Sur. Las organizaciones ambientalistas también dijeron que el EIS tenía "una gran cantidad de omisiones [e] imprecisiones" e incluso "información falsa" sobre los suelos calizos en Quintana Roo.
Su rápida aprobación no es una sorpresa, dado que el Tren Maya es uno de los proyectos favoritos del presidente López Obrador, quien afirma que el ferrocarril estimulará el desarrollo social y económico en lo que él describe como el sureste de México, largamente descuidado.
La ministra de Medio Ambiente, María Luisa Albores, reconoció a principios del mes pasado que cuatro tramos del tren, incluido el 5, no contaban con la aprobación ambiental definitiva, pero explicó que su construcción había podido continuar gracias a un decreto presidencial emitido en noviembre.
López Obrador afirmó a fines de mayo que el juez con sede en Mérida que emitió la orden de suspensión definitiva contra el Tramo 5 Sur no había tenido en cuenta que el decreto, que establecía los proyectos de infraestructura del gobierno como asuntos de interés público y seguridad nacional, les permitía proceder solo con una aprobación provisional.
El presidente ha prometido que el ferrocarril, en el que los trenes turísticos, de cercanías y de carga atravesarán Tabasco, Campeche, Yucatán, Quintana Roo y Chiapas, comenzará a operar en 2023, pero dos personas que trabajan en el ambicioso proyecto afirmaron a principios de este mes que no se terminará mientras el actual gobierno federal esté en funciones, si es que lo hace.
Con reportajes de Reforma, El Economista y Proceso