La nube de polvo del Sahara hace su debut anual

La primera nube de polvo del año del desierto del Sahara llegó a México el viernes en el evento meteorológico anual conocido como la Capa de Aire del Sahara, causando cielos brumosos y rojizos, especialmente al amanecer y al atardecer.
Cada año, más de 60 millones de toneladas de polvo de áreas áridas del norte de África, compuesto por partículas de hierro, silicio, mercurio y fósforo, entre otros elementos químicos, son arrastradas por corrientes de viento a 7.000 kilómetros al oeste de las Américas.
Se esperaba que la nube permaneciera durante el fin de semana, afectando la península de Yucatán, algunas partes del Golfo de México y el noreste, así como partes de los Estados Unidos.
Las nubes son más comunes en julio y agosto, cuando hay poca lluvia y vientos intensos en la región, pero la masa de polvo, que puede cubrir un área de tamaño similar al de Estados Unidos, llegó a principios de este año.
El Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) dijo que es poco probable que el fenómeno natural presente algún riesgo para la salud, pero que las personas que son sensibles al aire más espeso podrían experimentar algunas molestias.
Agregó que las personas con problemas respiratorios crónicos, las personas mayores, las mujeres embarazadas y los niños deben usar máscaras faciales si el polvo llega en grandes cantidades y que las personas deben lavarse los ojos con agua limpia si sienten que han sido afectadas.
El Conapred también dijo que si llega una gran cantidad de polvo, los ciudadanos deben cubrir las fuentes de agua, como pozos y tanques de agua.
La Organización Meteorológica Mundial ha advertido previamente que inhalar el polvo puede aumentar la probabilidad de contraer una infección bacteriana.
Mientras tanto, el fenómeno natural es beneficioso para el medio ambiente: el polvo actúa como un fertilizante natural y se ha descubierto que desempeña un papel clave en la restauración de minerales en los suelos agotados de la selva tropical en la cuenca amazónica de América del Sur. Los estudios también sugieren que el aire seco del polvo sofoca la formación de tormentas y huracanes.
Sin embargo, la investigación ha demostrado que puede ser perjudicial para los arrecifes de coral si desciende al océano antes de llegar a tierra. Un estudio encontró que el polvo puede desencadenar floraciones de algas tóxicas, también conocidas como mareas rojas, que tienen la capacidad de matar grandes cantidades de peces, mariscos, mamíferos marinos y aves.
Con reportajes de El Financiero