La inversión extranjera despierta esperanzas de un renacimiento del tinte índigo tradicional de Oaxaca

Los productores de índigo de Oaxaca esperan que el reciente interés de los inversionistas alemanes y norteamericanos pueda ser el comienzo de un renacimiento del cultivo ancestral.
Una empresa alemana se acercó a Santiago Niltepec, un pequeño pueblo en el Istmo de Tehuantepec, en busca de un tinte orgánico para sus telas y prendas de vestir. El añil se ha producido en los pueblos indígenas zapotecas de la región desde el siglo XVIII, informó el periódico Milenio.
Pero la pandemia golpeó duramente a la industria de la confección y los cultivadores de la cosecha lucharon a medida que los precios bajaban, dijo Advir Vásquez Fuentes, portavoz de los productores de índigo.
Ahora, la suerte de la zona parece estar cambiando. Vásquez dijo que los inversionistas se acercaron a las autoridades municipales por 500 kilogramos de índigo para empresas textiles en Alemania y confirmaron que los productores también estaban en conversaciones con una empresa norteamericana. Mientras se llevan a cabo esas negociaciones, el gobierno estatal ha ayudado a organizar la distribución del tinte a los artesanos locales.
Vásquez agregó que hubo más de 100 hectáreas de tierra plantada con jiquilite semillas en Santiago Niltepec listo para producir la tinta orgánica, que los productores esperan crear más de 1.000 kilos de orgánicos índigo y generar ganancias de más de 300.000 pesos (US $14,700). Las primeras plantas de índigo deben estar listas antes de abril.

El proceso para producir el tinte no es simple, explicó Vásquez. Una vez plantada la semilla, la planta tarda 100 días en alcanzar la madurez. Si una planta joven de índigo se cosecha demasiado pronto, es inútil. Los productores de tinte cortan la planta madura, la colocan en tinas gigantes de agua y luego pueden comenzar a extraer la primera "cuajada" de tinte sin refinar. El proceso tradicional intensivo en mano de obra hace que la calidad sea "inigualable", dijo Vásquez.
El tinte natural se utiliza en la industria del diseño para dar color a hilos, seda, lana, bordados o jeans de mezclilla. Un kilogramo de índigo orgánico puede teñir más de 10 kilogramos de lana o algodón.
Con informes de Milenio