El proyecto de ley de ciencia 'acelerado' provoca críticas de académicos

La aprobación por parte del Congreso federal de un proyecto de ley que tiene ramificaciones significativas para el sector de la ciencia y la investigación en México desencadenó una huelga esta semana y las críticas de numerosos miembros de la comunidad científica.
En la madrugada del pasado sábado, senadores del oficialismo Morena y sus aliados votaron a favor de la creación de una nueva Ley General de las Humanidades, las Ciencias, la Tecnología y la Innovación (LGHCTI), propuesta inicialmente por el presidente López Obrador el pasado Diciembre.
El proyecto de ley, uno de los 20 proyectos legislativos aprobados durante una frenética sesión del Senado que comenzó el viernes por la noche, fue enviado posteriormente al presidente para su promulgación.
No hubo debate antes de la votación y los senadores de la oposición no asistieron a la sesión legislativa, que se llevó a cabo en un lugar alternativo debido a una protesta no relacionada en la cámara del Senado.
Según el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), la aprobación de la LGHCTI es un “hito en la historia del país” ya que la ley protege el “derecho humano a la ciencia y el conocimiento”.
El Conacyt se convertirá en el Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnología (Conahcyt) una vez que entre en vigencia la nueva ley.
Los críticos de la ley han denunciado su centralización de la toma de decisiones en el ámbito académico y su cercenamiento de la autonomía de los centros públicos de investigación. También señalaron que la meta existente de invertir el 1% del PIB en investigación científica está ausente en la nueva ley y criticaron la inclusión de representantes militares en una junta que tomará decisiones sobre el financiamiento de varios proyectos académicos.
Estudiantes y académicos de institutos como el Centro de Investigación y Docencia en Economía y la Universidad Nacional Autónoma (UNAM) se unieron el martes al llamado paro nacional. Ciudad de México, Yucatán y Morelos estuvieron entre las entidades federativas donde se produjeron paros.
Conahcyt, una vez que se establezca, tendrá una junta de gobierno de 20 personas cuyos miembros serán funcionarios de numerosos ministerios, incluidos los de Agricultura, Bienestar, Cultura, Economía, Educación, Relaciones Exteriores, Defensa Nacional y Marina. La asignación de asientos en la mesa de la junta a los militares, a los que se les ha dado la responsabilidad de una amplia gama de tareas no tradicionales en el gobierno actual, es un punto particular de controversia.
Los representantes de las organizaciones de la sociedad civil, los grupos empresariales y los gobiernos estatales y municipales no podrán opinar sobre cómo se maneja Conahcyt y qué proyectos académicos reciben financiamiento del gobierno.
Antonio Lazcano, biólogo y profesor emérito de la UNAM, dijo al diario El País que la forma en que se aprobó el proyecto de ley fue vergonzosa y muestra de la “irresponsabilidad” de los legisladores.
La mayoría de los senadores ni siquiera habían leído el proyecto de ley de 112 páginas antes de la votación, según El País, y solo dos de las siete sesiones de "parlamento abierto" programadas sobre el proyecto de ley, en las que los ciudadanos interesados tienen la oportunidad de expresar sus preocupaciones, fueron adelante como estaba planeado.
Alma Maldonado, académica del Centro de Investigaciones y Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional (IPN), calificó el proceso -o la falta del mismo- para aprobar el proyecto de ley como “descuidado” y “muy torpe”.
Dijo que la nueva ley “subordinará” los institutos y organismos científicos al Conahcyt porque estarán sujetos a las decisiones que tome el directorio de ese organismo.
Brenda Valderrama, investigadora del Instituto de Biotecnología de la UNAM, dijo que el poder de decisión en temas relacionados con la ciencia en México se concentrará en “un puñado de funcionarios”.
Lazcano aseveró que el proyecto de ley aprobado en el Senado tiene “defectos brutales” y representa un intento de llevar la ideología política a la ciencia. Martín Aluja, entomólogo, ofreció una visión similar, afirmando que lo que aprobó el Congreso no es una “ley general” sino un “manifiesto político”.
Luis Omar Montoya Arias, historiador, aseguró que la aprobación de la LGHCTI es “un paso más hacia la militarización del país”, mientras que el presidente de la Asociación Mexicana para el Avance de la Ciencia dijo que la nueva ley probablemente enfrentará desafíos legales dado que el proceso mediante el cual fue aprobado estuvo “lleno de vicios legislativos procesales”.
Alma Cristal Hernández Mondragón, quien también es especialista en políticas del Centro de Investigaciones y Estudios Avanzados del IPN, expresó su preocupación por la exclusión de “voces que puedan aportar” a los debates de políticas, dado que todos los miembros del directorio del Conahcyt serán funcionarios de gobierno.
David René Romero Camarena, científico del genoma de la UNAM, dijo que la LGHCTI favorece a las universidades públicas, por lo que los investigadores y estudiantes de instituciones privadas serán tratados de manera “discriminatoria” una vez que la ley entre en vigencia.
Sin embargo, el gobierno federal ha argumentado que la ley es “necesaria para agilizar la formulación de políticas y reforzar el apoyo del gobierno a la investigación básica y aplicada”, según un informe de noticias de la revista académica Science.
La revista también informó que "algunos científicos se sienten alentados por las disposiciones que exigen trabajar en nombre del medio ambiente y las comunidades desfavorecidas".
Martha Ileana Espejel Carbajal, ecologista social y hasta hace poco profesora de la Universidad Autónoma de Baja California, dijo que la LGHCTI “ayudará a muchos que antes no eran privilegiados”.
“Es la primera vez en 40 años de ser profesor investigador que la ley nos pide hacer lo que mi equipo siempre ha luchado por defender: … trabajar con las comunidades más marginadas, con las mujeres, con los jóvenes, con los derechos sociales y ecológicos. sistemas”, dijo.
La LGHCTI puede tener fallas, pero “toda ley es perfectible”, dijo Espejel.
En un comunicado emitido tras la votación del pasado sábado, el Conacyt señaló que la LGHCTI tiene un “enfoque humanista que enmarca y orienta el progreso científico y el desarrollo tecnológico en pro del bienestar social y el cuidado del medio ambiente”.
También dijo que la ley fortalecerá al Conacyt (o Conahcyt) y los 26 centros públicos de investigación que administra.
“Con la creación de esta… Ley General, México rompe el paradigma que, en los últimos tres sexenios [de gobierno federal], permitió el uso de recursos públicos para financiar una gran cantidad de proyectos privados que simulaban [en vez de realmente llevó a cabo] investigaciones”, dijo Conacyt.
“… Esta LGHCTI dispone mecanismos que impidan que… los recursos del pueblo de México… sean transferidos a… intereses creados,… cuidando que cada peso destinado al financiamiento de las actividades de HCTI sea utilizado en estricto apego a los lineamientos [establecidos]”, agregado.
With reports from El País, Sin Embargo, El Financiero, Crónica and Science