El protocolo de crisis del INM les dijo a los contratistas que 'protegieran la propiedad', no los migrantes

A los guardias de seguridad en un centro de detención de Ciudad Juárez donde 40 migrantes murieron en un incendio el 27 de marzo se les dijo que protegieran la propiedad pero no a los detenidos en caso de emergencia, reveló un documento.
Las órdenes estaban contenidas en un contrato otorgado por el Instituto Nacional de Migración (INM) a la empresa de seguridad Camsa SA de CV, para administrar el centro de detención de Ciudad Juárez en Chihuahua.
“En caso de emergencia (terremoto, incendio, inundación, amenaza de bomba) [los contratistas] deben proteger los edificios desde el exterior para evitar el robo de bienes”, dice el documento.
En el centro trabajaban tanto funcionarios del INM como seguridad privada.
Aunque el documento describe los protocolos generales de seguridad, como mantener despejadas las salidas de emergencia, no establece que salvar la vida de los detenidos o del personal deba tener prioridad en una emergencia. Más bien, enfatiza los protocolos diarios para evitar que los migrantes escapen.
“Los elementos de seguridad deberán permanecer en constante rotación entre las diferentes áreas… realizarán una vigilancia dinámica para salvaguardar el orden y disuadir cualquier intento de fuga”, dice.
The contract, worth up to 190 million pesos (US $10.6 million), was signed by INM officials Jesús Manuel de la O Pacheco and Abraham Ezequiel Zurita Capdepont as well as Camsa administrator David Vicente Salazar Gazca.
Desde el incendio, el contrato ha sido objeto de críticas, incluso del presidente López Obrador, por adjudicarse sin licitación pública. También contiene un acuerdo de confidencialidad.
El incendio mortal estalló la noche del 27 de marzo. Treinta y nueve migrantes, de Guatemala, Honduras, El Salvador, Colombia y Venezuela, murieron en el incendio. Otro murió en el hospital.
Un video que circuló en las redes sociales poco después del incendio muestra a un guardia de seguridad y un agente del INM que aparecen para desalojar el edificio sin abrir la puerta de la sección donde se encontraban los migrantes, incluso cuando estaba lleno de humo y llamas.
Más tarde, cinco personas fueron arrestadas, incluidos tres agentes de inmigración, un guardia de seguridad y un migrante venezolano acusado de iniciar el incendio en protesta por haber sido informados de su inminente deportación y la de otros migrantes.
El martes, la Fiscalía General de la República (FGR) anunció que pretende presentar cargos contra el director del INM, Francisco Garduño, y el comisionado del INM en Chihuahua, Antonio González Guerrero, por faltar a su deber de supervisión y protección de quienes están bajo su control.
El jueves, la FGR anunció que Garduño y otros empleados del INM enfrentan una audiencia judicial ante un juez federal en la que serán formalmente imputados.
El miércoles, el exgobernador de Michoacán, Silvano Aureoles, ratificó una denuncia penal que presentó en marzo contra el canciller Marcelo Ebrard y el ministro del Interior, Adán Augusto López, por su presunto papel en permitir que ocurriera la tragedia.
“[Los migrantes] fueron asesinados por el gobierno de México”, afirmó Aureoles. “El Estado los mató, los hizo encerrar, los hizo encarcelar con procedimientos ilegales y una serie de omisiones y fallas, maltrato a personas cuyo único delito fue intentar cruzar la frontera de Estados Unidos”.
“El asesinato de migrantes no debe quedar impune”, dijo.
With reports from El Universal and El Financiero