“No son basura”: AMLO contraataca a críticos de venta de Iberdrola

El presidente López Obrador ha defendido la compra de 13 centrales eléctricas a la empresa española Iberdrola, insistiendo en que México verá un retorno de la inversión dentro de diez años.
En su rueda de prensa matutina, AMLO confirmó que la compra de las plantas por $6.000 millones, anunciada el 4 de abril, se concretaría en los próximos 45 días.
“Esta inversión es rentable, se recuperará en máximo diez años”, dijo. “Está garantizado que no faltará la energía eléctrica, el país seguirá creciendo, la demanda de energía eléctrica y tenemos que garantizar la energía”.
El presidente también respondió a los críticos, incluidos algunos expertos en energía, que sugirieron que el precio de las plantas era demasiado alto, dado que muchas ya han estado operando entre 10 y 25 años y pueden tener una vida útil limitada por delante.
“No son basura”, insistió AMLO.
“Este parque de plantas, 13 plantas, 12 de ciclo combinado y una eólica, tienen una vida útil promedio tres veces superior a la vida útil promedio de las [plantas] de la Comisión Federal de Electricidad (CFE)”, dijo.
“Son más nuevas que la [planta] [promedio] de CFE, ¿y por qué? Porque lo que querían era que las plantas de la CFE se convirtieran en chatarra, como hicieron con la petroquímica, entonces la CFE saldría del mercado eléctrico y todo el mercado estaría en manos de particulares”.
AMLO ha saludado la compra de Iberdrola como una “nueva nacionalización” de la industria eléctrica de México. Aumenta la participación de la estatal CFE en la generación de electricidad de México del 39% al 55%.
El presidente ha perseguido durante mucho tiempo una política energética que busca favorecer a la CFE ya la petrolera estatal Pemex sobre las empresas energéticas privadas. Ha sido particularmente crítico con Iberdrola, acusando a la empresa española de “saquear el país”.
Las 13 plantas de Iberdrola están ubicadas en su mayoría en estados del norte de México: tres en Tamaulipas y Nuevo León cada una; dos en San Luis Potosí y dos en Sinaloa; y uno en Durango, Baja California y Oaxaca. Tienen una capacidad de generación eléctrica combinada de 8.539 megavatios. La planta más antigua abrió en 1998. La más nueva abrió en 2022.
“Si tratáramos de construir estas 13 plantas, nos tomaría diez años”, dijo AMLO.
Dijo que la compra se complementaría con dos nuevas plantas de ciclo combinado en Yucatán, la modernización de 12 plantas hidroeléctricas existentes e inversiones en plantas solares en Sonora.
La política energética nacionalista de AMLO fue una parte clave de su agenda electoral, pero los analistas del sector privado argumentan que dañará económicamente a México y retrasará su transición hacia la energía verde.
Pese al optimismo del presidente, el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado calificó este lunes la compra de Iberdrola como una "mala decisión" que generaría futuros gastos de mantenimiento y daría "una señal negativa hacia la inversión".
Con reportajes de El Universal , Forbes y Aristegui Noticias