Encuentran muerta a activista ambiental de Michoacán

Un activista indígena por los derechos ambientales y territoriales ha sido asesinado en el estado de Michoacán, menos de tres meses después de la desaparición de otros dos activistas locales.
Vecinos del lugar denunciaron que Eustacio Alcalá Díaz fue interceptado cuando conducía un grupo de monjas desde el poblado de San Juan Huitzontla hacia la carretera Coalcaman-Aquila el pasado mes de abril.
Los atacantes secuestraron a Alcalá y dejaron a las monjas a la vera del camino.
“Cuando fueron interceptados, les preguntaron sus nombres. Cuando [los atacantes] escucharon el [nombre] de Eustathius, dijeron 'te estábamos buscando'. Se lo llevaron”, dijo una fuente local al diario El País.
Dos días después, Alcalá fue encontrado muerto con múltiples impactos de bala, según informó la fiscalía local.
Alcalá, de 68 años, era líder comunitaria en Huitzontla, un pueblo de población indígena nahua en el altiplano de Michoacán.
Huitzontla ha resistido la actividad minera desde 2012, cuando varias comunidades locales se aliaron para expulsar a un grupo criminal que extraía ilegalmente en su territorio.
Seis años después, el gobierno otorgó seis nuevas concesiones a dos empresas: Las Truchas, subsidiaria de ArcelorMittal, y Las Encinas, subsidiaria de la siderúrgica Ternium.
En enero de 2022, las comunidades obtuvieron una medida cautelar contra estas minas, argumentando que las concesiones se habían otorgado sin consulta comunitaria y que “implicarían la destrucción material de nuestro territorio y el uso de [sus] recursos naturales”.
El Ministerio de Economía pidió que se revise la decisión.
El 15 de enero, dos activistas locales contra la minería, Ricardo Arturo Lagunes Gasca y Antonio Díaz Valencia, desaparecieron después de asistir a una reunión comunitaria en Aquila, cerca de Huitzontla. Más tarde se encontró su vehículo con agujeros de bala. Los dos hombres aún no han sido encontrados. El mismo mes, una célula local del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) realizó un ataque armado en Aquila. Los lugareños también afirman que un sospechoso de las desapariciones está vinculado al CJNG, que durante años ha librado una guerra de baja intensidad en la región contra la pandilla rival Cárteles Unidos.
La población local y las organizaciones de derechos humanos creen que las desapariciones y el asesinato de Alcalá son el resultado de una alianza entre grupos criminales y empresas mineras, pero admiten que no pueden demostrarlo.
“En la comunidad están muy preocupados”, dijo al diario El País Meyatzin Velasco, abogada de la organización de derechos humanos Centro Prodh. “Durante mucho tiempo ha habido una calma tensa, pero a fines del año pasado aumentaron las amenazas”.
“En el [Altiplano de Michoacán], el bien en disputa son los recursos minerales”, explicó Claudia Ignacia Álvarez, de la Red Solidaria de Derechos Humanos de Michoacán. “En Huitzontla se sabe que hay hierro y otros minerales. Creemos que este crimen está relacionado con la minería, pero no tenemos pruebas”.
México es el país más mortífero del mundo para los activistas ambientales, según un informe de Global Witness publicado en septiembre. 54 activistas fueron asesinados en 2021.
“Los conflictos por la tierra y la minería estuvieron cada uno vinculados a dos tercios de los ataques letales”, dijo el informe.
With reports from El País and Animal Político