Compra de votos y violencia empañan proceso electoral interno del partido Morena

Las elecciones internas del partido gobernante Morena se vieron empañadas por la violencia y otras irregularidades por segundo día consecutivo el domingo, pero el presidente López Obrador calificó el ejercicio democrático como un éxito.
Los miembros de Morena acudieron a las urnas el sábado y el domingo para elegir a los funcionarios del partido en 300 distritos. Algunos de los candidatos seleccionados ocuparán un escaño en el Congreso Nacional de Morena, el órgano decisorio más importante del partido.
Incidentes de violencia, compra de votos y acarreo, en los que los votantes no solo recibieron un incentivo para votar por ciertos candidatos, sino que también fueron transportados a los lugares de votación, mancillaron las elecciones, según varios informes.
La violencia motivó la suspensión de la votación en los colegios electorales en algunos puntos del país, como Gómez Palacio, Durango, donde se registró un enfrentamiento el domingo entre simpatizantes de candidatos opositores. El diario Reforma informó que durante el enfrentamiento se arrojaron sillas, se quemaron papeletas y un hombre fue golpeado con un bate de béisbol.

También se quemaron papeletas y/o cabinas de votación en los colegios electorales de algunos otros estados como el estado de México y Chiapas.
Vote buying and acarreos were reported in several states including San Luis Potosí, Morelos, Guanajuato and Querétaro.
En Morelos, el gobernador Cuauhtémoc Blanco fue acusado de suministrar autobuses del gobierno para transportar a los miembros de Morena a los lugares de votación para que votaran por su hermano. En Guanajuato, los votantes fueron llevados a los lugares de votación en taxis, autobuses y vehículos compartidos de Uber, informó El Financiero. Supuestamente, sus votos fueron “comprados” a cambio de almuerzos para llevar, comestibles o efectivo (1500 pesos o unos 75 dólares) en algunos casos.
Incentivos similares, que fueron ampliamente utilizados por el otrora omnipotente Partido Revolucionario Institucional, se ofrecieron en otros estados: las publicaciones en las redes sociales mostraron que algunos acareados, como se conoce a los votantes en manada, llevaban papelitos para recordarles por quién votar.
Los integrantes del partido Morena también denunciaron otras irregularidades como la falta de garantía del voto secreto, la verificación inadecuada de la credencial de elector y la exclusión de los escrutadores designados.
John Ackerman, simpatizante de Morena, académico y esposo de la exministra de gabinete Irma Sandoval, denunció un “desvergonzado acarreo y presión electoral” en Coyoacán, una delegación de la Ciudad de México. “Enorme decepción. Estamos reuniendo un volumen increíble de evidencia”, tuiteó el sábado.
En otra publicación de Twitter el lunes, Ackerman dijo que la Convención Nacional de Morena organizaría una "exposición de fraude para demostrar que las irregularidades... no eran 'aisladas' sino generalizadas".
También dijo que la convención nacional se comprometió a “limpiar el proceso” utilizado para elegir a los funcionarios del partido.

Alejandro Rojas, asesor del líder del Senado de Morena, Ricardo Monreal, calificó las elecciones internas como “las olimpiadas del fraude”.
“Vimos todas las prácticas de coerción y compra de votos, así como la manipulación, el engaño [y] la movilización grosera e indignante de los beneficiarios de los programas sociales [del gobierno]”, dijo en una entrevista.
En Twitter, Rojas calificó las elecciones como “un carnaval de acarreo y simulación” y aseguró que Morena “abrió las puertas a los flagelos de la política: el clientelismo, el interés propio y el amiguismo”.
“Este es el primer paso hacia un nuevo partido de Estado y una regresión antidemocrática y autoritaria”, agregó.
Por su parte, el presidente nacional de Morena, Mario Delgado, dijo el sábado que donde hubiera pruebas de acarreo se anularían los resultados electorales. En Morena no se permitirán viejas prácticas de otros partidos, dijo.
López Obrador, el fundador de Morena, aceptó que las elecciones se vieron empañadas por acarreo y otras malas “prácticas”, pero rechazó las denuncias de irregularidades generalizadas.
“[Las irregularidades ocurrieron] en muy pocos lugares de votación. No fue generalizado”, dijo a los periodistas en su conferencia de prensa habitual el lunes. “No fue como le hubiera gustado a la oposición”.
AMLO destacó que unas 2,5 millones de personas emitieron su voto y declaró que las elecciones fueron un buen ejercicio democrático. “La participación fue masiva para una elección interna”, agregó.

El presidente también respondió a las críticas de figuras políticas de la oposición, afirmando que las irregularidades reportadas durante el fin de semana no eran nada comparadas con las que han plagado a sus propios partidos.
With reports from Reforma, El Financiero, Animal Político and El Universal